Este sábado 9 homenajean a Próspero Barrios, deportista rochense ganador de la Vuelta Ciclista del Uruguay.

Este sábado 9 homenajean a Próspero Barrios, deportista rochense ganador de la Vuelta Ciclista del Uruguay.

Este sábado llega la Vuelta Ciclista del Uruguay a la ciudad de Rocha, la segunda etapa de la prueba finalizará frente al Polideportivo «Ariel Tato Álvarez» de nuestra ciudad. En esa jornada además se realizará un homenaje a Próspero Waldemar Barrios, recordado ciclista rochense, campeón Americano en suelos trasandinos, ganador de una Vuelta Ciclista del Uruguay, Campeón del Este, ganador de innumerables competencias locales y nacionales, en definitiva: un triunfador.

«Lolo» como se lo conocía por parte de sus allegados, tendrá un monolito que perpetuará su nombre en el tiempo, este año se cumplen 100 años de su nacimiento. El monolito será descubierto el sábado 9 a las 10:30 horas en la Avenida Paul Harris. En el acto de homenaje estarán presentes autoridades de la Intendencia Departamental de Rocha, familiares, y público en general. Actuará la Banda Municipal de Lascano.








Reportes Uy recurre a los archivos de Óscar Antonio Bruno Cedrés, quien en la Revista Histórica Rochense publicó la biografía de Próspero Barrios:

Próspero Barrios Soba – conocido popularmente como el “Lolo” o el “Canario” – nació el 8 de julio del año 1922 en la continuación de la calle República Española, en el Barrio España de nuestra ciudad. Era hijo de don José Estanislao Barrios – esquilador y verdulero – y de doña Ignacia Soba; el cuarto hijo de 10 hermanos (cinco varones y cinco mujeres), de una familia humilde  representativa del Rocha de aquellos años.

Cursó los estudios primarios en la Escuela No. 44, “Felicia Banat” del popular Barrio “Las Ranas” de nuestra capital departamental.

Diversas son las tareas que desempeñó a lo largo de sus 87 años. Comenzó en su niñez en faenas rurales trabajando para Don Felipe Altieri, chacra que estaba donde hoy es plena ciudad, en la intersección de las calles Peregrina Balboa y Lavalleja. Allí la quinta, los árboles frutales y la lechería fueron sus primeros trabajos.

Luego fue a la zona de La Pedrera, al campo de Don Rosauro Fernández, donde sus tareas eran las propias del tambo; sacar leche y luego salir a repartirla. Ese fue el comienzo de su pasión por la bicicleta ya que iba y venía dando pedal a lo largo de la vieja ruta que por entonces salía de nuestra ciudad por la zona de la “Zeta”, hacia la zona balnearia.

Luego de cumplir sus labores en el establecimiento rural de Fernández, se subía a su bicicleta emprendiendo el retorno a Rocha donde lo estaban esperando para luego de su arribo largar las clásicas competencias domingueras.

Llegaba Próspero y se bajaba la bandera a cuadros, donde este gran corredor rochense luego de las rudas tareas camperas – y de recorrer 30 kilómetros por sinuosos caminos para volver a nuestra capital – competía con quienes estaban bien descansaditos, recién levantados e igualmente sufrían ante la potencia y la garra del “Lolo” rindiéndose a su paso victorioso.

También fue alambrador en campos de la Ruta 15, entre Rocha y el balneario oceánico de La Paloma, donde asombraba por su fuerza para abrir los pozos a pala en terrenos con mucha piedra. Trabajando como alambrador Próspero se fracturó una pierna en dos partes, colocándole el Dr. Juan Carlos Pertusso Pasqualetti, una chapa con tornillos, como manera de poder soldar la fractura, y en esas condiciones volvió al ciclismo a correr su última Vuelta Ciclista del Uruguay en 1959.

A fines de la década del cuarenta Barrios ingresó a la Policía como chofer, desempeñándose durante muchos años, retirándose con el grado de Sub Comisario en el año 1974.

También trabajó como taxista teniendo su parada en Plaza Ansina, frente al entonces Sanatorio del Este, por la calle Gral. Artigas, siendo muy particular y típico su estilo de trabajo y atención al cliente, quienes sentían una gran atracción por ese mito deportivo viviente que era Próspero Barrios.

Luego de retirado de la Policía volvió a su primer quehacer: quintero; realizando dichas tareas en Primaria, en la zona de “Izcua” y luego en la ciudad de Maldonado, donde pasó a vivir en 1975, hasta su fallecimiento el 24 de mayo del año 2009.

Próspero Barrios se casó en primeras nupcias con Martha Méndez con quien tuvo un hijo, divorciándose y casándose por segunda vez con la docente Amires Laurito, con quien tuvo cinco hijos.

En setiembre del ´43, la Federación Ciclista Uruguaya designó a Rocha como sede de la Confederación del Este, por lo que en nuestra ciudad se debían disputar las distintas especialidades del Campeonato de la Zona Este.

La Federación Ciclista de Rocha, encargada de la organización del evento estaba por entonces integrada por Aecio Falco que ejercía la presidencia; Farm. Polonio Garicoits como Vice; Homero Bruno Corbo era el Tesorero; Antonio Huelmo Raffo ocupaba la Secretaría y el Dr. Emilio T. Luciani era el Vocal.

La iniciación del Campeonato dio lugar a una lucida fiesta deportiva, izándose por primera vez la bandera representativa de la Federación Ciclista de Rocha. La misma había sido donada por el Presidente, diseñada por el Tesorero y confeccionada por “las hábiles manos de la señorita Maruja Arambillete”, destacaba el diario local La Palabra. Luego del izamiento, se les tomó el juramento deportivo a todos los corredores integrantes de la Federación Ciclista de Rocha. El domingo 24 de octubre se disputó la especialidad de medio fondo, donde triunfó nuestro representante Próspero Barrios.

Sobre la actividad llevada a cabo ese día y la obtención del campeonato por parte de Barrios, “La Palabra” escribía la siguiente nota en su edición del martes 26:

“CICLISMO -Las carreras del domingo – Con numeroso público que marginaba las Avenidas se efectuaron las pruebas ciclistas programadas por la Federación Ciclista de Rocha por corresponderle como sede del nuevo Congreso de la Confederación del Este. (…) Luego la carrera de medio fondo por el Campeonato de la Confederación del Este que se inició con tren un poco violento. Punteó Motta, siguiéndole Moizo (Canelones) que de inmediato se le pegó a la rueda. Tal vez esta salida habría sorprendido algunos de los corredores, pero no por eso dejaron de unirse a los primeros e impidió en el transcurso de la carrera, una fuga. A la cuarta vuelta ya abandonaba Domínguez (Minas) y a la séptima Salgueiro (Canelones). Los más destacados corredores Motta y Moizo quedaron muchas veces atrás ensayando piques a fondo sin lograr superarse.Y de esta manera hasta las doce vueltas, en que se vio, Moizo precisado a abandonar por desperfectos en la máquina. Firmes en los pedales marchaban los restantes en pelotón, duro contra el viento, que los obligaba, sobre la Avda. Florencio Martínez a la formación de la fila india. Y así sin despegues, sin fugas, sin persecuciones dio el resto de la carrera una inquietud a los parciales puesto que ya, a no ser por fuerzas mayores no se podía saber quien saldría vencedor. Y vino el embalaje final; bien colocados y sin darse tregua ya próximo a la raya se destacó Barrios ganando a Motta por máquina y media y éste a Arambillete (Minas) por media máquina. Entrando cuarto Santos (Minas). El público que se había mantenido admirablemente durante el transcurso de la carrera, se desbordó sobre la pista aclamando y levantando en andas al campeón de la zona del medio fondo Próspero Barrios.”

De esta forma describía el cronista de “La Palabra”, el lauro conquistado por el exuberante ídolo del deporte rochense, primer título de destaque nacional.

Luego vendría un período de autoimpuesto alejamiento del pedal por varios años debido a motivos de trabajo. Pero su amor por el pedal pudo más. Así retornó a fines de los ´40 y así llegaron el triunfo en la Vuelta del 51, el título americano en Chile y el cúmulo de competencias de las llamadas tradicionalmente “domingueras”, tanto a nivel local como del resto del país, las que fueron estableciendo ese nimbo que se ciñó sobre el gran competidor del pedal rochense.

En la revista “Rocha”, de la Editorial Minas de diciembre del año 1949, el periodista rochense Jaurés Marchand, escribió el siguiente artículo sobre estos dos cotizados pedalistas rochenses, triunfadores no solo en nuestro medio sino que también a nivel nacional e internacional, defendiendo con orgullo la malla celeste de nuestro país. La misma dice:

“El Ciclismo Rochense Hace Honor al Deporte de Tierra Adentro – Barrios y Silva dos Auténticos Campeones –

    Para decir algo del deporte de Rocha que escape a la trascendencia local y salga fuera de fronteras, hablemos de ciclismo. En él, dos nombres, dos ídolos: Próspero W. Barrios y Juan A. Silva que condensan y polarizan actualmente la atención por sus notables actuaciones que los llevan a ser figuras estelares en el concierto nacional.

   Dos características distintas, dos estilos dispares pero igual corazón y temple de lucha puestos al servicio de la bandera del deporte del pedal que han hecho tremolar en aires de victoria, en el mástil grande de la consagración.

   Cuando aún teníamos el recuerdo de aquellos viejos ciclistas, todo empuje, todo tesón surge allá por 1943 un valor que nos depara la gran satisfacción de conquistar el Campeonato del Este frente a representantes de Maldonado, Minas y Canelones. Era Barrios que pese a su juventud luego se duerme en esta consagración y deja sus actividades para volver tras largo paréntesis en esta temporada.

   Y vuelve a lucir condiciones.

   Interviene en la Vuelta Ciclista y ocupa el sexto lugar en la Clasificación General, ganando la 4ta. etapa en la escapada más sensacional de la prueba, obtiene el segundo lugar en la 5ª. y 10ª. y quinto en la 8ª.. Compite en la “Doble San José” y llega tercero y primero en su categoría, siendo amplio ganador del primer tramo.

   En el Campeonato Nacional de Resistencia llega segundo, cuarto en la Doble Piriápolis y en la Doble Santa Rosa consigue el sexto lugar, pese a las precarias condiciones físicas en que actuó.

    Mientras subsistía aquella crisis de valores, en las categorías inferiores apunta un crack, que escalando posiciones a fuerza de triunfos, merced a su pedalear, y estilo impecable a la par que a su cerebral accionar, llega en meteórica carrera a la categoría de as.

   Es el pibe Juan A. Silva: Silvita como lo distingue la afición, que inscribe en 1948 su nombre por primera vez en una competencia de categoría venciendo en la “Doble Aiguá” luego triunfa frente al plantel del Peñarol de Montevideo que competía con valores como De Armas, el malogrado Di Landro, Bailador, etc.

   Se impone en la “Doble Punta del Este” y obtiene su satisfacción más grande  en la Vuelta Ciclista donde se consagra definitivamente arribando segundo a 3 minutos del ganador, luego de vencer en las 7ª. y 9ª. etapas, secundando en las 6ª. y en tercer lugar en las 5ª. y 8ª.

   Triunfa en la “Doble Piriápolis” y llega tercero en la “Doble Santa Rosa” luego de espectacular fuga con Trueba y V. Pereyra, dejando tras suyo a muchos consagrados.

   El mes pasado, para ser más precisos el 27 de noviembre, Barrios triunfó en la prueba realizada de Maldonado a Punta del Este y San Carlos llegando 2º. Silva aventajando ambos a capacitadísimos corredores.

   Posteriormente Barrios arriba primero también en la Doble Aceguá.

   Hemos señalado en esta breve nota, las performances de dos muchachos que hacen honor al deporte de tierra adentro y que están llamados a tener en un futuro no muy lejano, papel importante en el ciclismo nacional, ya que no tememos pecar de exceso de optimismo al pensar que sus nombres deben estar figurando en la pre-selección de competidores para las luchas internacionales, puestos que se han ganado en buena ley, por sus auténticas condiciones de ruteros.

   Ya han ganado la admiración de su pueblo.

   Su meta soñada será conquistar la de todo el Uruguay.”

Una nota admonitoria de los tiempos que se vendrían de la mano de una excelente periodista como lo fue Marchand.

En el mes de febrero de 1952 se realizó en Chile, el Campeonato Americano de Ciclismo. En la prueba de ruta la representación de Uruguay estuvo integrada por dos rochenses: Próspero W. Barrios y Juan Alberto Silva. Junto a nuestros coterráneos defendieron la casaca celeste Néstor Parodi y Virgilio Pereyra, siendo el director técnico el campeonísimo Atilio François y sus delegados el Dr. Luis Juan Freccero y Enrique Gully.

La competencia se desarrolló entre las ciudades chilenas de Santiago y Viña del Mar siendo ganador individual de la misma el uruguayo Virgilio Pereyra y por equipos los bravos pedalistas compatriotas.

Sobre este resonante triunfo de Uruguay y nuestros ciclistas, extractamos parte de lo que escribía “Routier” enviado especial del diario capitalino “El Plata”:

 “Estampas del Campeonato Americano – Fue tremenda la emoción en la montaña –

   La ciudad de Santiago los había visto partir bajo el sol que calcinaba las piedras. Frente al Palacio de la Moneda miles de manos se agitaron en el aplauso cuando aquel grupo de los mejores “routiers” de América se puso en marcha escoltado por una interminable caravana de autos y motos. (…) El triunfo de Virgilio Pereyra por otra parte, tiene un alto significado. (…) Igual hicieron Parodi y los rochenses Barrios y Silva. No es necesario resaltar lo magnífico del resultado: Pereyra ganador absoluto en una carrera en la que estuvieron presentes los exponentes máximos del ciclismo americano en carretera, porque no se puede dudar que los que integraron el cuarteto argentino y quienes formaron el equipo chileno, son auténticos valores del ciclismo de fondo. Además, Juan A. Silva constituido en la figura más brillante de la competencia a lo largo de su extenso y duro recorrido, como asimismo compartiendo con el chileno Orellana, la incidencia de mayor emoción: su escapada en Cuesta Barriga. Por su parte, Próspero Barrios hizo un verdadero alarde de capacidad como caminador, realizando persecuciones formidables hasta que logró finalizar en el pelotón (…) Como se ve, bastó trabajar un poco en la forma arriba expresada, es decir, yendo cada uno a lo suyo, especializándose, para recoger el preciado fruto de un título que por haber llegado el ciclismo a la altura que llegó en cuanto a la técnica y popularidad, asume un inmenso valor.”

El vespertino capitalino “El Plata” destacaba el arribo de la delegación campeona a Montevideo el día 23 de febrero de 1952 en el siguiente artículo:

“HOY REGRESARON LOS CICLISTAS EN AVION”

   “Por vía aérea regresaron hoy a nuestra ciudad los integrantes de la delegación uruguaya Campeona Americana de Ciclismo, que fue realizado recientemente en Chile. Dirigentes y corredores arribaron bien, y como fácil es comprender, Virgilio Pereyra, el brillante vencedor de la prueba en carretera fue calurosamente felicitado por los aficionados que concurrieron al aeropuerto de Carrasco a dar la bienvenida a los viajeros.

   El nuevo campeón expresa su satisfacción por la victoria obtenida y destaca también el brillante comportamiento de sus compañeros de equipo, Silva, Barrios y Parodi.

LOS ARGENTINOS OPINAN SOBRE LA PRUEBA EN RUTA

   A su llegada a Buenos Aires, la delegación albi celeste dio su opinión sobre la prueba en Ruta del Campeonato Americano que gano el equipo uruguayo integrado entre otros por dos rochenses: Próspero Barrios y Luis Alberto Silva, lo que hace más grande el triunfo de nuestros representantes.”





Próspero Barrios gana la Vuelta del ´51

El punto culminante a nivel nacional para nuestro pedalista fue el triunfo en la 8a. Vuelta Ciclista del Uruguay y toda la prensa de entonces destacó la hazaña del “Lolo”.

La Revista “Mundo Uruguayo” escribió al respecto: “Próspero Barrios, el extraordinario penalista de Rocha, hizo suya la competencia correspondiente al año 1951, disputada sobre 1.350 kilómetros divididos en 10 etapas. La permanente amenaza que significaron para el ganador final sus más cercanos perseguidores, el italiano Mario Debenedetti y Luis Ángel de los Santos, fue motivo de la máxima atención de nuestros aficionados. Finalmente, el fuerte caminador de tierra adentro logró sus propósitos de inscribir su nombre como ganador de la importante competencia.

En la colección de suplementos de El Diario – La Mañana, denominada “Los Héroes de la Vuelta” en el fascículo dedicado a la 8ª. Vuelta decía: “PROSPERO BARRIOS CONFIRMA SU CLASE – Las notables condiciones de verdadero rutero que Próspero Barrios venía exponiendo desde temporadas anteriores, tuvieron amplia confirmación en la 8ª Vuelta del Uruguay, 1951, al adjudicarse un triunfo magnífico.

   Fue un triunfo doblemente meritorio, si se tiene en cuenta que ese año actuaron en la gran carrera varios equipos poderosos, perfectamente organizados, y Barrios no integró ninguno de esos equipos, sino que corrió sin contar con la colaboración de otros corredores, logrando destacarse por sus propios medios. Defendió como siempre, los colores del Club Intrépido de Rocha.

Próspero Barrios contó con muy buena colaboración: la de su Director Técnico, Sr. Luis M. Dos Santos, ciclista desde temporadas anteriores, un verdadero estudioso del ciclismo.

  Equipó una amplia camioneta en la que prácticamente se instaló el “cuartel general” para llevar adelante un plan perfectamente estudiado. En ella tenía todo para la atención del corredor: desde una mesa donde almorzar y cenar con toda comodidad; la cama donde dormir tranquilamente en lugares elegidos para acampar en cada etapa; un pequeño taller para reparación de tubulares y la atención mecánica de la bicicleta; mesa de masajes, para lo cual contó con la valiosa colaboración del capacitado masajista, Sr. A. Sanguinetti.

Próspero Barrios, fuerte caminador, pasó a encabezar la clasificación general en la 7ª. etapa, y a partir de entonces defendió vigorosamente su malla oro, hasta llegar con ella a la meta final.”

En la Revista de la Historia de la Vuelta Ciclista del Uruguay, escrita por el Club Atlético Policial, sobre el triunfo de nuestro coterráneo se escribía: “EL SOL NACE FELIZ DESPUÉS DEL TRIUNFO DE PRÓSPERO BARRIOS – Próspero Barrios no fue un ciclista “exquisito”, pero a cambio de exuberancias técnicas expresó una potencia física singular y una férrea voluntad, capaz de doblegar montañas. Ganó para su departamento de Rocha la primera victoria, vistiendo los colores de un prestigioso club, el Intrépido, y ganó sobre rivales calificados que jerarquizan su imposición. Representó la esencia del rutero, del hombre con voluntad.

El diario local “La Palabra” en su edición del lunes 26 de marzo de 1951, al otro día de culminar la Vuelta, en la tapa de la misma titulaba: “Próspero Barrios, El Valiente Rutero Rochense, Se Clasificó Campeón De La VIII Vuelta Ciclista Del Uruguay”

Dedicaba también un artículo, firmado con el seudónimo de “ROCHENSE”,  que decía: “PROSPERO BARRIOS – EL HEROE DE LA VIII VUELTA. Al culminar esta VIII Vuelta Ciclista del Uruguay, con el sensacional triunfo del rochense Próspero Barrios, nos sentimos impulsados a retomar la pluma, ya casi olvidada para glosar, a grandes rasgos, la hazaña increíble de este gran muchacho.

Y decimos increíble porque, lo confesamos sinceramente, no creímos que la energía y la voluntad de un solo hombre pudiera imponerse de una manera tan abrumadora sobre el esfuerzo combinado de organizaciones de indiscutible poderío como lo son los equipo de Peñarol, Belvedere, de Nacional, etc., dentro de los cuales actúan figuras de la jerarquía de François, Debenedetti, V. Pereira y otros de prestigio internacional. No obstante la reserva física y moral, la férrea voluntad del gran rochense fueron suficientes par ir dejando tras su marcha triunfadora a muchos de esos gigantes de las rutas.  

En aquel salto gigantesco, de Minas a Florida, que solo él era capaz de realizar, aprisionó la gloria que ya jamás habrá de abandonar. Después de allí, su gigantesca voluntad y sus inagotables energías iban mellando la resistencia de sus más calificados adversarios, los que, a pesar de estar apoyados por un poderoso equipo quedaban mordiendo el polvo de la derrota.

  Hasta que ayer, culminando esta increíble hazaña ante el ridículo asombro de los narradores de la prueba y de los cronistas de los diarios, que recién parecían percatarse que el vencedor, el verdadero héroe de esa magna prueba, era Próspero Barrios, aquel modesto muchacho de Rocha, que desde ese momento recibía la muchedumbre en clamorosa apoteosis.

Sí, amigos cronistas de Radio Sport y de la prensa de Montevideo, era Próspero Barrios, el que de Florida a Durazno, de Durazno a San José y de allí hasta Montevideo, lucía orgullosamente sobre su pecho triunfador la malla oro, porque él fue el más capaz, el más valiente, el auténtico héroe de la octava Vuelta Ciclista del Uruguay.”

El arribo triunfal

Fue una gran fiesta, al mejor estilo de todas las manifestaciones deportivas triunfales del deporte de Rocha en cada una de sus expresiones, con un pueblo volcado a la carretera, a las avenidas y calles para culminar siempre en esa mítica Plaza Independencia, el lugar privilegiado para realizar la demostración a los campeones rochenses.

La caravana que acompañó a Próspero por Ruta 9 hasta la ciudad la encabezaba el trasmisor móvil de CW 37 Difusora Rochense. El ganador de la Vuelta ingresó junto a su técnico en un gran tractor, símbolo del poder, arreglado al efecto por Miguel Maciello, detrás venía una gran caravana de ciclistas y luego los coches y camiones repletos de aficionados que vitoreaban al gran ciclista.

Acompañaron a Barrios hasta Rocha todo su equipo de apoyo, el director técnico Do Santos, el masajista Sanguinetti, el mecánico Rodolfo Díaz y el cocinero Maciel.

“La Palabra” al otro día de la llegada a Rocha de Próspero en su edición vespertina titulaba: “Más de 5.000 personas rodearon anoche a Próspero Barrios”. Luego en destacada nota decía: “PROSPERO BARRIOS RECIBIÓ LA ADHESIÓN Y LAS SIMPATÍAS DE SU PUEBLO – Millares de personas se congregaron anoche frente a la sede del Club Social Rocha, para recibir a Próspero Barrios, quien regresó a Rocha como vencedor de la VIII Vuelta Ciclista del Uruguay (…) En la reunión de anoche hablaron el Intendente Municipal, Dr. Mario Sobrero, el Presidente de la Federación Ciclista de Rocha Mario T. Rodríguez, el señor Justo Schiavo en nombre de los vecinos del balneario La Paloma, el delegado del Intrépido el señor Bernabé Sánchez Cuba, el director técnico del corredor Dos Santos, el periodista capitalino Ricardo Levrero (Routier) y  el señor Juan San Martín.

Barrios, agradeció, profundamente emocionado, el homenaje que le tributaba su pueblo”.

Luego del gran homenaje brindado en el estrado levantado en Plaza Independencia frente al Club Social Rocha, se realizó una cena en los salones de la Confitería Trocadero.

El sábado 14 de abril, en la cantina del Club Deportivo Unión, un grupo de amigos le brindó un almuerzo en reconocimiento y admiración por su reciente triunfo.

El menú del almuerzo estuvo a cargo Eloy Rodríguez que contó con la colaboración del “Oriental”. El Club Deportivo Unión en la persona de Mayo Bacigaluppi hizo uso de la palabra, entregándole un banderín de la institución con una alocución que finalizó de la siguiente manera: “Y regresásteis con el triunfo en medio de la simpatía popular, hermosa adalid para quien exalta en su alma un ideal generoso y un firme propósito de así intentarlo. PRÓSPERO BARRIOS: que los rayos de oro que emergen en esa malla que te sirvió de guía en tu triunfal cruzada, ilumine también tu corazón y no os llene de soberbia, pues tales atributos son siempre los destructores del carácter.

  Se siempre como hasta ahora sencillo y leal”.

Supo cumplir tal petitorio al pie de la letra.


Fuente: Revista Histórica Rochense
Óscar Antonio Bruno Cedrés