El papa celebra la beatificación de Jacinto Vera en Uruguay

El papa celebra la beatificación de Jacinto Vera en Uruguay, a142 años de su fallecimiento el sacerdote Jacinto Vera fue beatificado, era conocido como el cura gaucho, miles de personas participaron de la beatificación, en el encuentro estuvo el Presidente Lacalle, Manini, los expresidentes Mujica y Lacalle.







Monseñor Jacinto Vera, el primer obispo de la historia del Uruguay, fue proclamado beato de la Iglesia católica por el papa Francisco, quien aprobó un milagro obtenido por la intercesión del sacerdote informo el vaticano.

A 142 años de su fallecimiento, el sacerdote fue beatificado este sábado en una ceremonia que se celebrará en la tribuna Olímpica del Estadio Centenario. El cardenal Paulo César da Costa, arzobispo de Brasilia, representará al papa en la ceremonia que se celebrará en la capital del país.

El papa Francisco celebró este domingo la beatificación de Jacinto Vera, el primer obispo de Uruguay, en el estadio Centenario de Montevideo, durante la oración del Regina Caeli.

El Papa Francisco dijo en Roma, queridos hermanos y hermanas, ayer se celebraron dos beatificaciones, en Montevideo fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. Pastor solícito de su pueblo, dio testimonio del Evangelio con generoso celo misionero, favoreciendo la reconciliación social en el tenso clima de la guerra civil, dijo el pontífice a los fieles congregados en la Plaza San Pedro del Vaticano.

El 14 de diciembre de 1859, asumió como vicario apostólico de Uruguay y tres años después sufrió el destierro por parte del Gobierno, motivo que lo llevó nuevamente a Buenos Aires.

Diez meses después retornó a Montevideo, en 1865 fue consagrado obispo y en 1879 asumió como primer obispo de Montevideo, dos años después, murió durante una misión que realizaba en Pan de Azúcar, el 6 de mayo de 1881.

En su sepelio un joven Juan Zorrilla de San Martín resumió el sentir de muchos: “… las lágrimas en este momento inundan mi alma y el alma del pueblo uruguayo, enlutado y consternado… ¡Padre! ¡Maestro! ¡Amigo! … Señores, hermanos, pueblo uruguayo: el santo ha muerto.”

Se realizó una suscripción popular para erigirle el monumento fúnebre donde reposan sus restos en la catedral de Montevideo. En poco tiempo se reunió el dinero necesario y el monumento se inauguró el 10 de diciembre de 1883. con el primer aniversario de su muerte. La consigna fue que todos pusieran lo mismo: un céntimo; para que así pobres y ricos pudieran participar del mismo modo.





Francisco también mencionó la beatificación de María Concepción Barrecheguren y García, celebrada en la ciudad española de Granada el día anterior.

«¡Un aplauso a los dos beatos!».

Con una multitudinaria misa llevada a cabo en el estadio Centenario de Montevideo, la Iglesia católica de Uruguay celebró ayer sábado la beatificación de Jacinto Vera, primer obispo del país.

Jacinto Vera descubrió su vocación a los 19 años. Incorporado al ejército fue licenciado por el Gral. Oribe para que pudiera continuar sus estudios sacerdotales. A falta de formación en Uruguay, se trasladó a Buenos Aires para estudiar. Celebró allí su primera misa, el 6 de junio de 1841.

Teniente cura y luego párroco de la Villa de Guadalupe de Canelones durante 17 años. Fue nombrado vicario apostólico del Uruguay el 4 de octubre de 1859; consagrado obispo en la Iglesia Matriz de Montevideo el 16 de julio de 1865. Participó del Concilio Vaticano I en 1870. Primer obispo de Montevideo desde el 13 de julio de 1878.

El acto contó con la participación de miles de personas que llegaron desde distintos puntos del país y se ubicaron en la tribuna Olímpica, debajo de la Torre de los Homenajes.

Entre los participantes estuvieron el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y la vicepresidenta, Beatriz Argimón, además de los exmandatarios Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995) y José Mujica (2010-2015).

En mayo de 2015, el papa Francisco aprobó el decreto con el que se reconocieron las «virtudes heroicas» de Jacinto Vera.

Dos años y siete meses después reconoció un milagro que habilitó dicha beatificación. Este fue la curación de una niña de 14 años, quien sufrió una grave infección tras una operación.

Nacido a bordo de un barco en 1813 frente a las costas de Brasil, cuando su familia se dirigía a Uruguay, sus padres eran de las Islas Canarias, España.

De joven trabajó en el campo con los suyos, en Maldonado y en Toledo.

Jacinto Vera decidió a los 19 años iniciar los estudios eclesiásticos y enseguida se trasladó a Buenos Aires para estudiar en el colegio de los jesuitas.